Historia del Instituto Chileno de Investigaciones Genealógicas

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El Instituto Chileno de Investigaciones Genealógicas fue fundado el 29 de noviembre de 1948 en la Av. Antonio Varas n° 45, comuna de Providencia. Allí veintiún caballeros previamente citados por el dueño de casa Don Darío Zañartu Cavero eligieron el primer directorio, que fue presidido por Don Jorge de Allendesalazar Arrau, Mayor de Caballería en retiro; Vicepresidente lo fue el arqueólogo Don Fernando Márquez de la Plata; asesor, el heraldista y nobiliarista Don Juan Luis Espejo; secretario, el médico Don Sergio Larraín Eyzaguirre; tesorero, Don Luis Molina Wood; bibliotecario, el Sr. Zañartu, ya nombrado, y prosecretario, Don Juan Eduardo Barrios Barth.

La personalidad jurídica de la nueva corporación quedó aceptada mediante el Decreto Supremo n° 5096 del Ministerio de Justicia, publicado en el Diario Oficial del 14 de noviembre de 1949. Los estatutos aprobados por la Junta  Extraordinaria de Socios celebrada el 28 de octubre de 1960 fueron publicados con el decreto en el Diario Oficial del 12 de julio de aquel año.

Sin embargo, las raíces del naciente Instituto tenían una data más antigua. Ellas procedían de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía fundada en 1911. Pronto se fue perfilando en ella una sección donde se dio cobijo a quienes se interesaban en la historia social y en la investigación genealógica, base de la chilenidad. Así nació la Sección de Estudios Coloniales que mejor hubiera sido bautizada como de virreinales o hispánicos, ya que nunca fuimos colonia sino un reino o provincia ultramarina dependiente de los reyes de España. Fue preocupación constante de selectos miembros de la Sección el origen, la formación de las clases, sus tendencias y transformaciones, los aportes de diferentes solares europeos y nativos, el funcionamiento de las redes de parentescos en su actuar en la vida institucional del país, su poblamiento y organización como un futuro estado, desde el siglo XVI en adelante, datos de los cuales no puede prescindir ningún historiador ni sociólogo.

Entre los fundadores de la Sociedad, iniciada por el genio y tesón de Don Enrique Matta Vial (1868-1922) se ocupaban de los estudios genealógicos y heráldicos connotados investigadores, destacándose Don Juan Luis Espejo Tapia, Don Senén Alvarez de la Rivera Monckeberg, Don José Toribio Medina, Don Luis y Don Tomás Thayer Ojeda. Gracias a ellos, tales estudios adquirieron un impulso lento pero creciente a través de la citada Sección creada el 8 de junio de 1914.  Su primera sesión tuvo lugar en esa fecha en la Biblioteca Nacional. Se formó el primer directorio que presidió Don Carlos Vicuña Mackenna, asistido por Don Guillermo de la Cuadra Gormaz en calidad de secretario. Con tal motivo y sentando una tradición que se respeta hasta hoy, Don Tomás Thayer  disertó sobre la “Biografía del capitán Pastene.” Dos semanas más tarde, en la segunda sesión que tuvo lugar el 22 de junio, se incorporaron nuevos miembros y se aprobó un reglamento. Las reuniones sucesivas fueron quincenales. De inmediato se comenzó a formar una biblioteca especializada con donaciones de los socios. El número de estos pasó de los 24 fundadores a 124 asistentes en los primeros dieciocho meses de la sección. En casi cinco años y medio se celebraron 58 sesiones, en las que se ofreció una cincuentena de  disertaciones y se acrecentó el número de asistentes y de sus miembros. La última reunión de la que existe acta fue la del 5 de noviembre de 1919. Por causas que ignoramos desde entonces sus actividades fueron esporádicas, pues dejaron de publicarse los extractos de sus actas. [1]

En septiembre de 1929 la Sociedad patrocinó una Exposición Colonial, que tuvo por sede el Palacio de Bellas Artes, la cual estuvo a cargo de una comisión organizadora de socios pertenecientes a la Sección de Estudios Coloniales, integrada por los Sres. Roa y Urzúa, Márquez de la Plata y Eyzaguirre, de la cual quedó como testimonio un interesante catálogo ilustrado.

            Además de los intercambios de conocimientos habidos en reuniones y tertulias de la Sección adquirió el más apropiado rótulo de Sección de  Biografía, Genealogía y Heráldica. En 1931, en el seno de ella comenzó a perfilarse la creación de una Academia Chilena de la Historia, que estuviese vinculada a la Real Española, al estilo de otras que se habían fundado en Hispanoamérica. “Desde el principio, el campeón de esta iniciativa fue el secretario Don Jaime Eyzaguirre, gran hispanista y renovador de los estudios del período indiano.”[2] Opositor a este proyecto fue el Secretario General de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía Don Ricardo Donoso Novoa por encontrarlo lesivo a los intereses de ella. Sin logar ningún entendimiento se llegó a una sesión de la Junta de Administración el 6 de enero de 1933, donde los socios que eran partidarios de la creación de la Academia presentaron sus renuncias, las que entonces les fueron rechazadas, menos la del Sr. Eyzaguirre que por contumacia le debió ser aceptada; este joven de 23 años por entonces, llegó a ser un notable catedrático, historiador y ensayista. Este trance trajo aparejado el sueño de la sección que nos preocupa, por lo que los genealogistas chilenos quedaron sin lugar donde reunirse corporativamente y proseguir el intercambio y discusión de sus estudios e investigaciones. En parte, esta actividad permaneció latente en la recién fundada Academia Chilena de la Historia, pues formaron parte de ella los genealogistas Don Guillermo de la Cuadra Gormaz, Don Juan Luis Espejo Tapia, Don Luis de Roa y Urzúa, Don Juan Mujica de la Fuente, Don Fernando Márquez de la Plata Echenique, Don Luis de Amesti Casal, y Don Darío Zañartu Cavero pertenecientes a la sección momentáneamente dormida.[3]

Además, por estas tensiones se vio afectada la colaboración en la Revista Chilena de Historia y Geografía en cuyas páginas se había dado a conocer al público en general estudios o avances de investigación de los miembros de la sección precitada.

Para no perder su ligazón, después de un tiempo de separación en que el Instituto Chileno de Investigaciones Genealógicas fue adquiriendo madurez, volvió pujante y más sabio al seno que le vio nacer, formando parte de la Sociedad como una de sus más importantes y activas secciones, dejando cada vez más atrás la “genealogía esquelética” de listas de antepasados, para adentrarse, como debe ser, en la historia social.

Gracias a la creación de este nuevo organismo, en su carácter dual como sección e instituto, la  Sección de Genealogía de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía ha cumplido en su más antigua calificación 97 años de existencia, y en su segunda condición, como Instituto Chileno de Investigaciones Genealógicas una edad de 63 años. En esta etapa él funcionó a partir de 1962 en la sede de la Sociedad en la calle Londres n° 65, como parte de la misma, bajo la presidencia de Don Jorge de Allendesalazar Arrau, acompañado por Don Zenón Urrutia Infante, vicepresidente, Don Sergio Larraín Eyzaguirre, canciller-secretario, Don Luis Molina Wood, vocal, Don Luis Lira Montt, bibliotecario y Don Sergio Martínez Baeza, director de la Revista de Estudios Históricos.

Un Convenio entre la Sociedad y el Instituto firmado el 4 de noviembre de 1983  comenzó a regir al año siguiente, En su acápite: 1. formula la resolución de “restablecer su antigua Sección de Genealogía y Heráldica y por el presente instrumento atribuye tal carácter al Instituto Chileno de Investigaciones Genealógicas en mérito al prestigio científico alcanzado por este último. Lo anterior se entiende sin perjuicio de la total autonomía del Instituto como corporación de derecho privado que goza de personalidad jurídica propia.” En el acápite 3. la Sociedad reconoce como socios suyos e integrantes de su Sección de Genealogía y Heráldica a los miembros de número del Instituto. Quienes pasan sin más trámite a ser socios de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, “con todos los derechos y obligaciones“ de los miembros de ella. Precisa luego que aquel que no desee adquirir o mantener tal condición “deberá manifestarlo por escrito a ambos organismos”. Tal expresión de voluntad no afectará  la condición de pertenencia al Instituto. El acápite 4. dice que los miembros de la Sociedad que deseen inscribirse en la Sección de Genealogía y Heráldica sin serlo del Instituto serán considerados por éste como supernumerarios, sin derecho a voto. En el acápite 6. se expone que el Presidente del Instituto se desempeñará como Director de la Sección antedicha y como tal formará parte de la Junta de Administración de la Sociedad. En los acápites subsiguientes se reglamenta el espacio físico que el Instituto ocupará como sección, el lugar de su biblioteca que es de exclusivo dominio del Instituto en el 3er piso, y el uso de los lugares comunes. Finalizando al declarar que este convenio es  “de duración indefinida y podrá ser dejado sin efecto por cualquiera de las partes,  siempre que así lo comunique a la otra, por escrito, con una anticipación de noventa días a lo menos.” El convenio fue ratificado por los Srs. Don Sergio Martínez Baeza y Don Arm[4]

Desde aquel momento y hasta la actualidad la vida institucional y académica ha ido en un continuo perfeccionamiento, en una actividad acompasada y serena, con la acrisolada colaboración de sus miembros, y con la mayor independencia que otorga el haber sobrevivido en épocas difíciles.  Además de sus sesiones regulares y públicas que se programan anualmente entre abril y noviembre, en las que además de la marcha institucional se ofrecen disertaciones sobre genealogía, heráldica, nobiliaria y otras disciplinas afines, el esfuerzo, desarrollo y contribución fundamental de la sección-instituto es su Revista de Estudios Históricos, subtitulada Genealogía de Familias Chilenas.

Extracto de un artículo publicado en 2012 por el entonces presidente del Instituto don Isidoro Vázquez de Acuña García del Postigo.

 

[1] Martínez Baeza, Sergio: “La antigua Sección de Biografía, Genealogía y Heráldica de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía – 19814-1919 – Antecesora de nuestro Instituto”. En Revista de Estudios Históricos, año L, n° 40, pp. 27-35. Santiago, Instituto Chileno de Investigaciones Genealógicas, 1996-1997, trae los nombres de los nuevos miembros de la sección que se fueron sumando, o asistieron a las sesiones desde su constitución hasta la del 5 de noviembre de 1919.

[2] Id. ibídem. p 34.

[3] Martínez Baeza, Sergio: La Sociedad Chilena de Historia y Geografía – Reseña histórica – 1995. Santiago, Ed. Universitaria, 1995, pp. 15, 23-25, 30, 61 y 65. , y op. cit. 1996-1997, p. 35.

 

[4] “Convenio entre el Instituto Chileno de Investigaciones Genealógicas y la Sociedad Chilena de Historia y Geografía.” En Revista de Estudios Históricos, año XXV, n° 28, pp. 204-205. Santiago, 1983.